"Admitámoslo. Si pudiéramos, a todos los saxos tenores nos gustaría tocar como él". Estas palabras de John Coltrane definen por si mismas al espléndido saxofonista que fue Stan Getz; un tipo de piel blanca que producía con su tubo metálico un sonido cautivador que elevaba los espíritus para transportarlos al mundo de la belleza suprema del arte.
Pocos músicos de jazz han logrado crearse una identidad musical tan reconocible para el gran publico como la que consiguió Stan Getz. Daba igual lo que tocara, con quien tocara y el momento histórico en que se encontrara; Getz siempre sonaba a Getz, y en función del paso del tiempo, sonaba a un Getz mejor. Bastaba escucharle tocar unas cuantas notas para identificarle por su sonido acariciador y por sus improvisaciones imaginativas y poéticas que nacieron bajo la influencia principal de su idolatrado Lester Young, y claro está; también con los valiosos aportes boperos de Charlie Parker (de esto no se salvaba casi nadie)y la del coloso Sonny Rollins,visible -sobre todo-en su etapapost-bossa nova, cuando incorporó elementos mas expresivos y de color Calypso a su música.
Acoplado siempre a la época en la que le toco vivir; pero sin dejar de ser nunca él mismo; consiguió brillar en estilos tan diferentes como las baladas; el bebop; el cool; la bossa nova y el jazz moderno. Gracias a ese espíritu aventurero e innovador, Getz siempre fue, para el jazz, un músico del presente y sin edad.
Stan Getz era un músico vocacional, un fanático de la música que se introdujo en los circuitos del jazz profesional cuando solo tenia 15 años de edad. Eso ocurrio en la Orquesta del reputado trombonista Jack Teagarden, quien, a requerimiento de la burocracia estatal estadounidense tuvo que convertirse en su tutor, ocupándose principalmente de que Stancito siguiera acudiendo a la escuela, y así pudiera tocar legalmente con su banda cobrando un salario. El gran Jack le contagio al joven Stan su alma blusera; su virtuosismo instrumental y su afición a fumar y a vaciar botellas de alcohol. Después de Teagarden, Getz se paseó por las orquestas de Stan Kenton; Jimmy Dorsey y Benny Goodman, para luego lucirse en la orquesta de Woody Herman donde se convirtió en el saxo mas brillante de los Four Brothers, que -como sabréis- fueron unos saxofonistas que marcaron toda una época de la historia del jazz y del cool en particular. Ya entrados en la década de los 50, Stan firmará con las JATP de Norman Granz. Entre viaje y viaje se irá a Europa, donde se instalará a vivir durante varios años. En 1961 regresa a los EEUU fumando como un descosido; pero curado de otras adicciones peores. Enseguida grabará Focus, un concierto para saxofón sobre un fondo de cuerdas compuesto por Eddie Sauter y que le ayudará a recuperar nombre y status en su país; luego vendrá Jazz Samba con el guitarristaCharlie Byrd y después sus famosas grabaciones con Joao yAstrud Gilberto y Tom Jobim. El éxito de esta mezcla de samba brasileña y cool jazz que es la bossa nova será enorme y suscitará un extraordinario interés que traspasará los limites del jazz. Getz se convierte en el gran referente de la bossa nova a nivel mundial y son innumerables los músicos que le siguen en la aventura de explorar la rica veta comercial que se ha abierto en Brasil (Cannonball Adderley, Coleman Hawkins, Zoot Sims, Bill Evans, Oscar Peterson, Chet Baker, Gerry Mulligan, son algunos de ellos); Pero, a partir de 1965 la veta comienza a agotarse y su necesidad de evolucionar le devuelve a los caminos del jazz-jazz. Para hacer ese camino nuevo se rodea de jóvenes músicos, grandes figuras emergentes que quieren tocar con él. Es gente como Chick Corea; Gary Burton y Steve Swallow que en el futuro darán mucho que hablar. En la década de los 70 se junta a figuras de gran talla como Bill Evans,Jimmy Rowles o Chet Baker con quienes vuelve a mostrarse en toda su gran dimensión jazzera.
En los tramos finales de su carrera, Stan sumará algunos elementos mas duros y expresivos a su sonido lírico, con lo que conseguirá alcanzar niveles verdaderamente magistrales como músico. En 1988 se le diagnostica un cáncer de hígado; pero a pesar de ello seguirá tocando hasta el final de sus días. Tres meses antes de morir, cuando la enfermedad le corroe por dentro; Getz, en dueto con el pianista Kenny Barron, dará siete conciertos en solo 3 días en la ciudad de Copenhague. De esos conciertos saldrá un maravilloso disco póstumo titulado “People Time”… ¡Nada mejor para alimentar tu espíritu, querido lector… No deberías perdértelo!
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