miércoles, 26 de junio de 2013
lunes, 24 de junio de 2013
Antoni Tàpies
Antoni Tàpies desde el interior, en el MNAC y en la fundación del pintor
La Fundación Antoni Tàpies y el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) proponen, en una misma muestra desarrollada en las dos sedes, la exposición Tàpies. Desde el interior, comisariada por Vicente Todolí. Con una selección de cerca de 140 obras, que abarcan desde 1945 hasta 2011, esta exposición pone de relieve la experimentación infatigable e incluso obsesiva del artista, y el desarrollo de su iconografía y su vocabulario hecho de signos, de materias, de colores y de objetos cotidianos.
La exposición propone una aproximación a Tàpies no sujeta a lo que se sabe, sino a lo que se descubre en el itinerario del creador. Antoni Tàpies reservó para su taller y para la fundación una parte importante de su obra. La exposición ha sido concebida exclusivamente a partir de las obras conservadas en casa del artista, muchas de ellas hasta ahora inéditas, y en la Fundación Antoni Tàpies, y concentra la atención principalmente en torno a dos líneas de su extensa producción.
Pinturas murales y materiales pobres
Por una parte, las pinturas matéricas o murales, que encontraremos mayoritariamente en las salas del MNAC, y, por el otro, los objetos y materiales pobres, que será posible visitar en la Fundación Antoni Tàpies.
Por una parte, las pinturas matéricas o murales, que encontraremos mayoritariamente en las salas del MNAC, y, por el otro, los objetos y materiales pobres, que será posible visitar en la Fundación Antoni Tàpies.
El proyecto de Vicente Todolí pretende remarcar la libertad que ofrece definir, como condiciones y como límites, espacios como el taller, la vivienda y la fundación del artista. Lugares cercanos, íntimos y que acumulan obras y etapas de Antoni Tàpies. La exposición, por tanto, no trata de establecer un orden en estos trabajos o de categorizar las obras del taller, sino que procura mantener sus paradojas, sus desechos, sus contradicciones y sorpresas.
En el MNAC la exposición presenta la evolución de la obra de Antoni Tàpies a través de un recorrido que abarca toda su producción artística, desde 1945 hasta 2011. Partiendo de sus primeras pinturas realizadas en los años cuarenta, Tàpies emprende una búsqueda estética que pasa por la experimentación con materiales y formas que darán lugar, en los años cincuenta, a una expresión propia, las pinturas matéricas, que le harán merecedor del reconocimiento internacional.
Evolución de su pintura
Desde la pastosidad y el grosor de la pintura de los primeros años hasta la inclusión de nuevos materiales, como el barniz, el látex y las planchas de metal de las décadas siguientes, la muestra pone de manifiesto el interés constante de Tàpies por la materia con dos enfoques diferentes pero complementarios: como rechazo al lenguaje artístico tradicional y como sinónimo de cambio y transformación. A lo largo de la exposición se visualiza la experimentación infatigable del artista y el desarrollo de su iconografía y su vocabulario hecho de signos, materias, colores y objetos cotidianos, así como la concepción de la obra de arte como vehículo de la relación con el misterio, las fuerzas del universo y la naturaleza.
Desde la pastosidad y el grosor de la pintura de los primeros años hasta la inclusión de nuevos materiales, como el barniz, el látex y las planchas de metal de las décadas siguientes, la muestra pone de manifiesto el interés constante de Tàpies por la materia con dos enfoques diferentes pero complementarios: como rechazo al lenguaje artístico tradicional y como sinónimo de cambio y transformación. A lo largo de la exposición se visualiza la experimentación infatigable del artista y el desarrollo de su iconografía y su vocabulario hecho de signos, materias, colores y objetos cotidianos, así como la concepción de la obra de arte como vehículo de la relación con el misterio, las fuerzas del universo y la naturaleza.
Se trata de una selección que ofrece una visión diferente, aceptando la libertad y la limitación que supone tener como único punto de partida todo lo que el artista había conservado para él, su familia o la Fundación Antoni Tàpies. Un punto de vista que no pretende establecer categorías para las obras sino exponer y revelar sus tensiones, contradicciones y paradojas.
La exposición en la Fundación Antoni Tàpies
Paralelamente, en las salas de la Fundación Antoni Tàpies, el visitante encontrará una selección de obras centrada en creaciones de 1946 a 2009 que evidencian el interés de Tàpies por los materiales pobres y por los objetos: desde el uso del cartón, los hilos y los cordones de las obras tempranas hasta el ensamblaje y la incorporación del objeto en la superficie de la tela que se hacen más manifiestos a partir de finales de la década de 1960. La elección hace evidente la voluntad de Tàpies de magnificar lo que se considera pequeño e insignificante para mostrar que todo lo que se concibe como marginal puede sugerir ideas esenciales.
Paralelamente, en las salas de la Fundación Antoni Tàpies, el visitante encontrará una selección de obras centrada en creaciones de 1946 a 2009 que evidencian el interés de Tàpies por los materiales pobres y por los objetos: desde el uso del cartón, los hilos y los cordones de las obras tempranas hasta el ensamblaje y la incorporación del objeto en la superficie de la tela que se hacen más manifiestos a partir de finales de la década de 1960. La elección hace evidente la voluntad de Tàpies de magnificar lo que se considera pequeño e insignificante para mostrar que todo lo que se concibe como marginal puede sugerir ideas esenciales.
Tàpies. Desde el interior
Del 21 junio al 3 noviembre 2013
Comisario: Vicent Todolí
Organiza: Fundación Antoni Tàpies y Museo Nacional de Arte de Cataluña
Del 21 junio al 3 noviembre 2013
Comisario: Vicent Todolí
Organiza: Fundación Antoni Tàpies y Museo Nacional de Arte de Cataluña
lunes, 17 de junio de 2013
Maurice Nadeau (1911-2013)
Maurice Nadeau, un siècle en littérature
Esprit indépendant, éditeur de génie, lecteur
avide et écrivain, Maurice Nadeau, décédé dimanche à l'âge de 102 ans, n'a
jamais désarmé et sa vie se confond avec les livres, lui qui a révélé tant
d'auteurs cultes, de Georges Perec à Malcom Lowry, de Henry Miller à Michel
Houellebecq.
Esprit indépendant, éditeur de génie, lecteur
avide et écrivain, Maurice Nadeau, décédé dimanche à l'âge de 102 ans, n'a
jamais désarmé et sa vie se confond avec les livres, lui qui a révélé tant
d'auteurs cultes, de Georges Perec à Malcom Lowry, de Henry Miller à Michel
Houellebecq.
afp.com/Pierre Verdy
L'éditeur et écrivain Maurice Nadeau, qui avait créé la revue La Quinzaine littéraire en
1966 est décédé dimanche
chez lui à l'âge de 102 ans.
"Pendant toute ma vie, j'ai toujours eu
la bonne place pour découvrir des écrivains. J'étais à l'affût, j'écoutais, je
lisais beaucoup, des manuscrits, les revues, la presse étrangère",
expliquait en 2011, pour son centième anniversaire, ce grand Monsieur des
lettres au flair admirable.
Né le 21 mai 1911, orphelin de guerre élevé
par une mère illettrée, il était normalien et avait commencé sa carrière comme
enseignant de lettres modernes puis journaliste et critique littéraire. Maurice
Nadeau avait la carte de presse 5262, obtenue en juillet 1945 quand il était
chroniqueur à Combat, avant de signer à l'Observateur, à L'Express...
Il avait connu Aragon, Breton, Prévert, écrit une "Histoire du
Surréalisme".
Jusqu'au bout, cet éditeur et écrivain à
l'allure de patriarche a veillé sur La Quinzaine littéraire, sa
tour de guet, que l'ex-militant trotskyste avait fondé en 1966 après avoir créé
la revue Les Lettres nouvelles. En mai 2013, il lançait encore un
appel pour sauver le bimensuel, confronté de nouveau à de graves difficultés
financières.
Indépendance et flair
Face aux grandes maisons, la sienne incarne
les vertus de l'artisanat et de l'indépendance sans
concession. Avec moins de dix livres par an, elle a eu rarement les honneurs
des prix littéraires. Angelo Rinaldi disait de lui: "il est l'éditeur de l'impossible". Les
coups de marketing, les visées commerciales, ce n'était pas pour lui.
Il avouait être "très fier" de
certains écrivains qu'il avait publiés et parfois défendus contre la censure,
comme Henry Miller, qui lui avait donné toute son oeuvre. Il avait aussi écrit le premier
article sur Samuel Beckett, ce dont l'écrivain irlandais lui a toujours été reconnaissant, a fait
connaître Georges Bataille, René Char, Henry Michaux, Claude Simon, Witold Gombrowicz et tant d'autres.
"Après leur premier succès, ils me
quittaient"
"Mais Malcom Lowry est ma plus grande découverte. Son roman,Au dessous du volcan,
c'est l'une des plus poignantes histoires d'amour que j'ai jamais lue",
confiait-il. "Georges Perec, aussi, je suis très fier de l'avoir découvert. Il avait été refusé
partout. La plupart de ceux que je publiais l'avaient été. Après leur premier
succès, ils me quittaient".
Ainsi, dès queMichel Houellebecqest sorti de la confidentialité après la publication par Nadeau d'Extension
du domaine de la lutte, en 1994, il a rejoint de plus grosses écuries.
"Je me définis comme un passeur. Jeune, je voulais changer le monde,
j'étais un utopiste. Aujourd'hui, je me révolte encore mais je ne risque
rien", disait Maurice Nadeau, au soir de sa vie, assurant ne pas être
angoissé par l'âge ni la mort, lui qui, à 95 ans, avait dû convaincre un
chirurgien "d'oser l'opérer" d'un anévrisme de l'aorte.
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Actualidad literaria - Periódicos - revistas
domingo, 16 de junio de 2013
Tàpies
El tesoro de Tàpies sale a la luz
Fue todo lo que Tàpies, uno de los grandes artistas del Siglo XX, guardó celosamente en vida
Las creaciones que habitaron su casa, su taller, su fundación, y las que recompró para permanecer en compañía del fruto más preciado de su propia trayectoria
La fundación Tàpies y el Museo Nacional de Arte de Cataluña exponen las obras que el pintor catalán siempre soñó con tener junto a él
Teresa desciende desde su cuarto hasta esta estancia iluminada en la que ella y su marido, Antoni, soñaron el amor, el arte y la vida. Él murió hace un año y unos meses, y ella está triste. Ya estará triste siempre, dice. Ahora conversa sobre su marido con Miquel, uno de sus tres hijos, y con el periodista. En sus memorias, Antoni recuerda cuando volvió de París y se encontró en la estación con ella, su novia desde la adolescencia. Y esta mujer, que hasta entonces había tenido sombríos sus ojos, como si la mirada se le hubiera quedado en el tiempo en que murió Antoni, exclama para rememorar aquel encuentro como si este hubiera acabado de ocurrir:
–¡Estupendo!
Ella es la viuda de Antoni Tàpies (1923-2012), uno de los grandes artistas del siglo XX. Cuando le pedimos que bajara con nosotros a ver la obra ingente que se almacena en el sótano donde él trabajó, Teresa prefiere seguir en la sala, como si aún hubiera que cumplir el rito de no entorpecer las jornadas del artista. Ella se queda acariciando a Mixa, la gata, es su compañía y su entretenimiento. Y en el estudio, que se fue agrandando a medida que Tàpies necesitó más espacio para crear su obra y para tenerla, se percibe en efecto el estallido de la ausencia. Tàpies no está, pero está en todas partes; él creía que sus cuadros o sus esculturas debían permanecer a la intemperie, para que el tiempo las continuara haciendo. Y aquí, en cierto modo, aquella obra se sigue haciendo, en el silencio que él quiso para trabajar como si fuera siempre de madrugada.
Teresa y Miquel están con Laurence Rassel, la directora de la Fundación Tàpies; ya está todo hecho, casi, para que dentro de nada (el 20 de junio de 2013) se inaugure en Barcelona (en la fundación y en el Museo Nacional de Arte de Cataluña) una exposición doble (y múltiple) que ha preparado minuciosamente el valenciano Vicente Todolí, exdirector de la Tate Gallery. Tàpies, desde el interior. En 2010, aún en vida del artista, Rassel propuso a Todolí trabajar en esta idea, y el valenciano y Tàpies hablaron de ello. Aquí está el resultado. Es una apuesta insólita, como dice el director del museo, Pepe Serra, porque este museo nacional nunca ha tenido en sus salas a un autor contemporáneo, y también porque, hace unos veinte años, los entonces dirigentes culturales de Cataluña vetaron a Tàpies aquí la colocación de una obra (El mitjó, su calcetín más famoso). Pero además, y esto lo destaca Serra, porque en este museo precisamente está la raíz rabiosamente románica de la vocación plástica del artista. Y sobre todo porque la obra sobre la que ha lanzado su mirada Todolí es la que Tàpies quiso para sí, la que guardó en su casa, en su taller y en su fundación, y la que fue recomprando para estar acompañado por lo que más quiso de su historia.
Así que no todo es conocido, ni mucho menos; es inédito, o casi, en un gran número de casos. Viendo cómo trabajan el comisario, los directores del museo y de la fundación, y el amplio equipo con el que se reúnen para decidir acerca de la luz, de la secuencia rítmica de los cuadros, para establecer cómo quieren ellos que el público se asome a este Tàpies privado y total, lo que se piensa es que quizá todos ellos juntos en este momento tratan de capturar la mirada del artista sobre la obra que quiso tener.
Por la mañana, antes de ver a Teresa y a Miquel, de 52 años, en la casa en la que Antoni fue el centro, había en la Fundación Tàpies un grupo de niños mirando las obras. La maestra les preguntó si aquel calcetín (uno de los grandes calcetines de Tàpies) y otras obras del maestro eran raras o formaban parte de lo que veían en la vida cotidiana. Tàpies es la vida cotidiana, creen los niños. Ah, eso está muy bien, “es lo que él quería”. Teresa vivió con estas obras. Fue, como dice Miquel, quien ayudó a colgarlas muchas veces porque Antoni prefería que esa labor la hicieran otros. “Él decía que no tenía bastante claridad para hacerlo; encontraba que estaba demasiado próximo como para poder colgar las cosas bien”.
De modo que, en cierta manera, ahora Todolí está cumpliendo, en estas reuniones y en todas las que están teniendo, aquella labor que en otros tiempos fue sobre todo de Teresa. A Miquel le gusta imaginar cómo va colocando Todolí la obra que su padre quiso más. “Será, seguro, una visión fresca. Para mí es emocionante ver la selección que ha hecho Vicente porque las selecciones marcan el conjunto”.
Ni él ni Teresa la han visto aún, claro, se está colocando; esta misma mañana estuvieron Vicente, Pepe y Laurence recorriendo las enormes salas del museo para decidir la colocación, “el ritmo”, como dice el comisario, de esta obra que ahora entrará en el templo románico de Cataluña para sellar un viejo sueño de Antoni Tàpies: hacer convivir su obra con la época de la que parte el Museo Nacional de Arte de Cataluña. “Y aunque todavía no me la imagino expuesta”, adelanta el hijo, “siento esa emoción de poder revivir la obra que él quiso cerca a través de ojos distintos”.
Una obra que se quiso como un trastorno. En el papel de trabajo que manejan esta mañana en la reunión en la que ya van a decidir cómo va a quedar cada milímetro de la doble muestra hay un resumen de lo que Todolí y los suyos estiman que debe ser el sustento de la apuesta: “Desde sus primeras pinturas realizadas en los años cuarenta, Tàpies emprende una búsqueda estética que pasa por la experimentación con materiales y con formas que darán lugar, en los años cincuenta, a una expresión propia, las pinturas matéricas, que le harán merecedor del reconocimiento internacional. En aquella época deposita sus esperanzas en un arte que conlleve un impacto, un trastorno para el público”.
miércoles, 12 de junio de 2013
Hervé Falciani - Entrevista
“Es una guerra económica y tenemos que estar preparados para luchar”. Hervé Falciani susurra con fiereza estas palabras mientras permanece de pie en la oscuridad de un pasillo de un céntrico bar de Madrid. Estamos esperando a que la policía dé la señal para salir de forma discreta del local. Acabamos de grabar la parte en inglés de la entrevista y la suerte ha querido que un conocido periodista de otro medio esté tomando un café en la barra. Los escoltas están nerviosos con que le reconozcan y de pie en ese pasillo esperamos la señal para salir por parejas. El exempleado de banca pasa así sus primeros días de libertad en España, en la misma sombra que trata de combatir.
Hervé Falciani (Mónaco, 1972) quiere hablar. Quiere informar, explicar, divulgar, revelar. Quiere llegar a la gente y elige eldiario.es para dar su primera entrevista en vídeo y sin disfraces en España. Pasará a la historia por "la lista Falciani", la relación de datos guardados en la filial de banca privada suiza del HSBC llegó al Gobierno de España en 2010 con cientos de defraudadores, entre ellos, la familia Botín que tuvo que pagar 200 millones de euros por la fortuna que tenía oculta en suiza. Pero en realidad su objetivo va mucho más allá, quiere dinamitar las cloacas del dinero negro.
Ha tardado mucho tiempo en dejar ver su nuevo rostro, que ha experimentado un marcado cambio desde las últimas fotos publicadas de 2009. Tras su paso por la cárcel (estuvo casi seis meses en Valdemoro) y el periodo de libertad vigilada, Falciani, que tiene pasaporte italiano y francés, ha perdido casi diez kilos. Desde que la Audiencia Nacional rechazó su extradición el 8 de mayo, Falciani ha recuperado parte de su tono físico. Cuando sus dos ocupaciones le dejan (trabaja con la Fiscalía Anticorrupción y en el desarrollo de software para una empresa francesa que le permite trabajar a distancia), sale a correr o practica lucha libre con sus escoltas, un nutrido grupo de policías nacionales que mantienen un altísimo nivel de seguridad alrededor del informático con el que guardan una cordial relación.
Por fin libre, y con el auto de la Audiencia Nacional echando por tierra la teoría defendida por HSBC de que trató de vender la información que robó del banco, el monegasco quiere explicar cómo funciona la tupida red de la que se aprovecha el dinero de la corrupción. La desarticulación de esa maraña se ha convertido en su principal obsesión y no quiere que los nombres de los ricos evasores hagan perder de vista el objetivo último: acabar con el sistema de arriba abajo. Desactivar a los intermediarios y testaferros que han creado un auténtico universo paralelo en dinero negro.
Por eso Falciani no quiere dar nombres. Quiere acabar con todo el sistema y se encuentra muy cómodo con la complicidad de Anticorrupción que ha entrado en el juego de anilquilar la corrupción desde su raíz. Tras el repudio del Gobierno de Sarkozy a trabajar con sus datos, está a punto de arrancar su colaboración con Francia y otras justicias europeas. Pero el exinformático es claro. Si su trabajo no da frutos por los cauces oficiales está dispuesto a buscar otras fórmulas para que la información llegue a la gente.
Provisto de un cerebro que a simple vista se aprecia como una auténtica esponja, la entrevista se desarrolla en dos días y diferentes idiomas, su lengua materna (francés), inglés y el español que practicó sobre todo en la cárcel, con compañeros como Juan Antonio Roca (cabecilla de la Operación Malaya). Extremadamente educado, fuera de cámara el informático asegura votar “siempre izquierda”.
P: ¿Cómo es el día a día de Hervé Falciani en España?
R: Tengo una vida mínima en España por motivos de seguridad. Pero no me falta nada. Excepto mi familia, evidentemente. Además de la colaboración con la Justicia continúo trabajando con un instituto de investigación a distancia (radicado en Niza).
Sigo además la agenda que marca la Fiscalía Anticorrupción. Trabajan con objetivos claros, teniendo en cuenta circunstancias como los riesgos de prescripción y escogiendo los medios para actuar.
La inminente prescripción de los posibles delitos de los españoles presentes en los datos del banco HSBC habría sido una de las principales razones por las que Falciani escogió España como punto de partida para la colaboración con la Justicia europea. En otros países, los delitos fiscales prescriben a los diez años.-
¿De qué vive?
De lo que cobro de mi trabajo como investigador.
¿Teme realmente por su vida?
martes, 11 de junio de 2013
Gemäldegalerie (Berlin) Tout le génie artistique de l'Allemagne
Pendant près d'un demi-millénaire, les souverains prussiens et allemands de la dynastie des Hohenzollern ont accumulé des trésors artistiques qui témoignent de leur goût et de la créativité européenne. Leurs collections ont été rassemblées au XIXe siècle dans l'île de la Spree, ou île des Musées, dans le centre historique de Berlin.
Après la Seconde Guerre mondiale, qui a vu la destruction d'environ 400 oeuvres picturales, l'Allemagne sous occupation soviétique a pu conserver une partie des collections dans le musée Bode. Le reste a été évacué par les Occidentaux à Berlin-Ouest. L'ensemble a pu être réunifié en 1998 dans un nouveau musée, dans le complexe du Kulturforum, à l'ouest de Potsdamer Platz.
Avec un total d'environ 1200 oeuvres majeures, cette pinacothèque (Gemäldegalerieen allemand) offre depuis lors l'une des plus complètes collections de la peinture européenne, principalement nordique, du XIIIe au XVIIIe siècle.
André Larané
Peinture allemande
À la jonction du Moyen-Âge gothique et de la Renaissance, voici ci-contre une belle et délicate Annonciation du peintre Aelbrecht Bouts (1455-1549), natif de Louvain (Flandre).
Dans la même veine, on peut apprécier ci-dessous la Fuite en Égypte, une oeuvre de Joachim Patenier (1480-1524) réalisée en 1520.
Le grand artiste de Nuremberg Albrecht Dürer, ayant rencontré Joachim Patenier dans sa ville d'Anvers, dit de lui qu'il est avant tout«un bon paysagiste». Le détail ci-dessous le démontre.
Autrement plus profane et moderne, très pénétrant, est le portrait ci-dessus de l'ancien maire de Nuremberg, Hieronymus Holzschuher, peint en 1526 par ledit Dürer (1469-1529). L'individu, avec sa psychologie et ses préoccupations personnelles, prend ici le pas sur les considérations spirituelles et collectives.
À la génération suivante, voici Hans Holbein le Jeune (1497-1543), natif d'Augsbourg.
Le portrait de Georg Gisze, jeune marchand de la Hanse originaire de Dantzig, témoigne de son exceptionnelle maîtrise des détails (ci-contre) mais aussi de l'inventivité de la Renaissance.
On peut y voir plusieurs allégories des vanités et également la devise du sujet (en latin) : «Nulle joie sans peine».
Réalisé en 1532, ce portrait est la première commande de la carrière anglaise de Holbein. Celui-ci est emporté par la peste dix ans plus tard à Londres.
Bien sûr, il est impossible ici de répertorier tous les artistes représentés dans la galerie. Évoquons seulement Jan van Eyck (Bruges, 1390-1441), Roger van der Weyden (1399-1464), Hans Memling (Bruges, 1440-1494), Hugo van der Goes (1440-1482)...
Notons en passant une amusante toile de Lucas Cranach l'Ancien (1472-1553) qui montre la fontaine de Jouvence : de vieilles femmes plongent à gauche dans la fontaine et sortent à droite, rayonnantes de beauté et de fraîcheur, pour se jeter aussitôt dans les bras de quelque prince charmant.
Voici ci-après une représentation atypique de deux singes par Pieter Bruegel l'Ancien (1525-1569).
L'artiste est souvent considéré comme le successeur de Jérôme Bosch, mort en 1516, habile à représenter «un monde sens desssus sens dessous».
La galerie est également bien dotée en oeuvres du XVIIe siècle hollandais et flamand avec des noms tels que Jacob Jordaens (Anvers, 1593 - 1678), Paul Rubens (Anvers, 1577 - 1640), Jacob von Ruysdaël (Haarlem, 1628 - Amsterdam, 1682), Vermeer de Delft (Delft, 1632 - 1675) et des peintres de marine comme Simon de Vlieger (1601-1653)...
De Rembrandt (1606, Leiden - Amsterdam, 1669), nous voyons ci-dessous une belle représentation de Suzanne et les vieillards.
Le portrait de Babbe la folle (1633) est une oeuvre de Franz Hals (Anvers, 1581 - Haarlem, 1666) étonnante de spontanéité, sans doute l'une des plus modernes du XVIIe siècle.
La démente ici représentée est une femme que l'artiste aurait effectivement entrevue à l'hospice d'Haarlem.
La visite se poursuit au XVIIIe siècle avec quelques détours du côté de l'Angleterre : Sir Joshua Reynolds (1723-1792)..., de la France : Jean-Baptiste Chardin (Paris, 1693 - 1779), Jean-Baptiste Watteau (1684-1721), François Boucher...
Georges de La Tour (Vic-sur-Seille, 1593 - 1652, Lunéville), peintre ordinaire du roi Louis XIII, tombe dans l'oubli après sa mort. Le voici dans toute sa puissance avec le portrait émouvant de deux vieux paysans mangeant des pois (1622).
La Gemäldegalerie de Berlin ne serait pas complète sans quelques témoignages de l'art italien (Raphaël, Titien, Bellini...).
Voir : Capitale de l'Europe future
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