Querido José
Ignacio, ministro y, sin embargo, sabio –de los que rectifican–. Lo has vuelto
a hacer. Una vez más me has dejado boquiabierta con tu habilidad extraordinaria
para animar el cotarro. Soy tan fan tuya…
Ignorante de mí,
creía que no serías capaz de superarte, habías hecho tanto por calentar los
ánimos desde que te nombraron, que parecía imposible que pudieras llegar más
lejos. Pero tú eres brillante, un lumbreras, matrícula de honor. Las artistas
del destape no conseguían provocar ni la quinta parte que tú, eres bueno, muy
bueno en lo tuyo.
Esta vez ha sido lo
de las becas Erasmus. Un día nos enteramos de que ibas a retirar las ayudas a
miles de estudiantes en el extranjero, por el artículo 33, bueno, por una orden
ministerial del 29 de octubre, para ser más exactos. Y, claro, los estudiantes
afectados se pusieron a jurar en arameo, o mejor dicho, en inglés, en alemán o
en italiano, que para eso saben hablar otras lenguas. Pobres, se ve que no
aspiran a ser presidentes del gobierno, para ese trabajo tan chulo no hace
falta saber idiomas.
Y si con tu orden
ministerial lo petaste, que para eso eres el rey deltrending topic, unos días
después, vas y rectificas. ¡Y vuelves a estar en todo lo alto! Pero lo mejor de
todo es que eres capaz de hacer lo uno y lo otro con idéntica naturalidad y esa
habilidad, maestro, no está al alcance de cualquiera. Para estos virajes tan
bruscos, José Ignacio, hay que ser buen marinero y tú sin duda lo eres,
disfrutas tanto navegando entre tormentas y mareas verdes, que nunca pierdes la
sonrisa, como si fueras el capitán Stubing al mando del barco del amor.
No es la primera vez
que te ves obligado a rectificar, ¿recuerdas?, ya sucedió con la nota mínima de
acceso a las becas en Bachillerato y en la matrícula universitaria, que tuviste
que rebajar del 6’5 que tú proponías al 5’5. Como sigas en esta línea, te vas a
convertir en la Xuxa de la Educación: “un pasito para el frente y un pasito
para atrás”, solo que a diferencia del pibón brasileño, a ti no creo que
quieran seguirte los chavales en la coreografía…
Hay quien asegura
que cada vez estás más solo porque al cabreo que ya habías conseguido crear
entre profesores, padres y alumnos con tu Ley de Educación, ahora hay que sumar
el de las autonomías y la Comisión Europea por el asunto Erasmus y hasta el del
propio Partido Popular que tiembla con tus decisiones y, sobre todo, con tu
manera de tomarlas. Desde luego hace rato que has superado a Mourinho en el
arte de meter el dedo en el ojo…
Y ya para rematar,
lo último que he leído sobre ti es que los científicos y los economistas están
que trinan porque has relegado las Matemáticas a una asignatura de segundo
orden en el Bachillerato de Humanidades y Ciencias Sociales y que le has dado
todo el protagonismo al Latín. ¡Me he quedado muerta con tu afición por la lengua
ídem! No te hacía yo tan fan del imperio romano, me pegaba más que fueras de
Atilay del rollito aquel de que por donde pisaba su caballo no volvía a crecer
la hierba…
Lo cierto es que te
critica hasta el tato pero como a ti “te pone”, yo no sufro, tú lo dijiste:
“Soy como el toro bravo, que se crece con el castigo”, disfrútalo y que te
quiten lo silbado. Yo ya estoy como loca por que salga a la calle la primera
edición de 50 sombras de Wert.
Hay quien dice que
tu momento Erasmus va a precipitar una crisis de gobierno y que serás el
primero en caer, pero otros aseguran que Rajoy está contigo. Estaremos atentos
para ver si aciertan los que predicen tu salida del gobierno o los que creen
que la famosa niña de los ojos de Rajoy se llama José Ignacio…
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