martes, 17 de julio de 2012

El esplendor del Románico Norte

El esplendor del Románico Norte
                                   
                                    

"Intervenimos y lo contamos", ha sido, desde sus inicios, el lema de Románico Norte. Una tesis que durante este verano fructifica en un amplio programa de actividades y visitas guiadas

Hay que llamar a la casa de un vecino para poder visitar el interior de la iglesia parroquial de San Cornelio y San Cipriano, en la localidad palentina de Revilla de Santullán. A veces no hay suerte y hay que probar, cruzando los dedos, con un número de teléfono anunciado en un cartel, junto a la puerta del templo. “A punto estaba de coger el tractor”, replica una voz al otro lado de la línea.
Durante la espera, uno se entretiene contemplando los canecillos que decoran el exterior de la iglesia: un músico, un hombre acarreando un barril, un soldado… y algún que otro personaje burlón, boca abajo, y en actitud obscena. “Han tenido suerte”, reitera Belarmino, cuando finalmente llega. “Estaba a punto de coger el tractor y ahí ya sí que no escucho nada”.
Apenas quince kilómetros separan Revilla de Santullán de Aguilar de Campoo, a cuyo monasterio estuvo ligada siempre. Fue Sancho IV quien en 1285 cedió la iglesia al monasterio de Santa María la Real. San Cornelio y San Cipriano se iza en el centro del pueblo, que uno corre el riesgo de dejar de lado fácilmente, en cuanto se despista, si viaja en coche.

Iglesia de San Cornelio y San Cipriano, Revilla de Santullán.

Las manos surcadas de Belarmino manipulan el juego de llaves hasta que encuentra la que abre el portón. Más de ochenta años llevan sus ojos viendo lo que el visitante primerizo apenas atisba por primera vez, deslumbrado por la luz que atraviesa la techumbre levantada para preservar el conjunto. Una portada única e impoluta, blanca y liviana como si no fuera de priedra y arrastrara siete siglos de inclemencia, que doblega cualquier mirada, hasta hacerla arrodillar. Un arco apuntado y seis arquivoltas apoyadas sobre columnas decoradas con la escena de la Última Cena. Y unos capiteles perfectamente conservados, que muestran toda la exuberancia propia de la plástica románica. Un combate entre un centauro sagitario con un león rampante, un guerrero alanceando un dragón…
En uno de los extremos, el autorretrato del escultor de la obra, labrando un sillar, y junto a él, la inscripción Micaelis me feci. Curiosa, por la rareza de la reivindicación, e insuficiente a los ojos del investigador, que apenas puede indagar en las tinieblas que lo rodean.
Casi no se escuchan las explicaciones de un Belarmino entregado, que destaca la importancia de “su” iglesia frente a otras “tan lejanas” como, para él, por ejemplo, los once largos kilómetros que separan Revilla de Santullán de San Cebrián de Mudá y sus espléndidas pinturas murales.
Diez kilómetros, once kilómetros, en el norte de Palencia, son todavía hoy una eternidad, una distancia que sólo parece estar hecha para el aleteo pausado de las cigüeñas que año tras año establecen sus nidos en las espadañas de sus iglesias románicas.
Sólo así se explica la permanencia de un paisaje natural y arquitectónico sobrecogedor. La existencia de esos templos fabulosos en cada uno de sus rincones. En lo alto de un montículo, rodeado de verde, agua, niebla y cielo. Sin que se acierte a comprender con exactitud el por qué de su construcción. El por qué de aquel abnegado y anónimo trabajo. Su belleza silenciosa e inquietante.

Iglesia de San Martín, Quintanilla de la Berzosa, Palencia.

De norte a sur, desde San Salvador de Cantamuda, hasta Villamurriel y Baños del Cerrato, en las inmediaciones de Venta de Baños, con su iglesia prerrománica de San Juan de Baños, Palencia alberga la mayor concentración de monumentos románicos de Europa, que no son sólo una concentración de restos dispersos, más o menos saqueados o respetados por el tiempo, sino toda una lección de Arte, Historia, cultura y economía de un tiempo que revolucionó el continente.
Palencia es y vive para el románico. Los restos se extienden por toda la provincia, aunque se concentran principalmente en tres zonas. El románico que sigue el Camino de Santiago, el del sur, entorno a la capital, y el del norte, con epicentro en Aguilar de Campoo, con su monasterio de Santa María la Real, desde el que irradió la cultura al resto de la comarca; inabarcable en un solo viaje y quizá también el más poético, que encuentra en el norte de Burgos su ramificación ideal.
Un patrimonio que eclosiona este verano en las II Jornadas Culturales de Románico Norte, que hasta el 31 de agosto ofrecen a los visitantes exposiciones, visitas guiadas, visitas técnicas, conciertos y diversos talleres didácticos en torno a las joyas románicas burgalesas y palentinas. El festival intenta devolver a la sociedad las actuaciones desarrolladas en las dos provincias dentro del Plan de Intervención Románico Norte, promovido por la Consejería de Cultura y Turismo de Castilla y León, en colaboración con las Diócesis de Palencia y Burgos. Un programa que ha impulsado durante los últimos años un nuevo sistema de gestión del patrimonio, que concibe los monumentos como parte integrante de un territorio, vinculado a una población. El plan arrancó en 2005 y a lo largo de estos años, la Fundación Santa María la Real, entidad encargada de su ejecución, ha llevado a cabo actuaciones en todas y cada una de las 54 iglesias románicas incluidas en él.
-”Románico Norte por la vega del Pisuerga“, visitando las iglesias de Olleros de Pisuerga, San Pedro de Becerril del Carpio, Rebolledo de la Torre y Albacastro. Días: 22 de julio y 25 de agosto. Hora y punto de encuentro: 10:00, Centro expositivo ROM – Monasterio de Santa María la Real. Duración aproximada 4 horas. Precio: 8€
- “Junto a las aguas del embalse“, visitando las iglesias de Vallespinoso de Aguilar, Foldada, Barrio de Santa María, Matamorisca y Matalbaniega. Día: 29 de julio. Hora y punto de encuentro: 10:00, Centro expositivo ROM – Monasterio de Santa María la Real. Duración aproximada 4 horas. Precio: 8€
-”Románico en el valle de Santullán“, visitando las iglesias de Cillamayor, Villabellaco, Revilla de Santullán y Villanueva de la Torre. Día: 4 de agosto. Hora y punto de encuentro: 10:00, Centro expositivo ROM – Monasterio de Santa María la Real. Duración aproximada 4 horas. Precio: 8€
-”Románico Norte desconocido“, visitando las iglesias de San Vicente de Villamezán, San Miguel de Cornezuelo y Ailanes (San Cristóbal y Ermita). Día: 11 de agosto. Hora y punto de encuentro: 10:00, Centro expositivo ROM – Monasterio de Santa María la Real. Duración aproximada 6 horas. Precio: 8€
-”Ruta de los retablos“, visitando las iglesias de Villarén de Valdivia, San Pedro de Becerril del Carpio, Nogales de Pisuerga y Rebolledo de la Torre. Día: 18 de agosto. Hora y punto de encuentro: 10:00, Centro expositivo ROM – Monasterio de Santa María la Real. Duración aproximada 4 horas. Precio: 8€
-”La magia de la luz del Románico“, ruta nocturna visitando las iglesias de Cezura y Santa María de Mave. Incluye transporte, entrada a los monumentos y guía turístico. Días: 21 y 28 de julio. 4, 11, 18 y 25 de agosto. Hora y punto de encuentro: 22:30, Centro expositivo ROM – Monasterio de Santa María la Real. Duración aproximada 3 horas. Precio: 6€
-”Romanesque heritage“. Ruta urbana por edificios románicos de Aguilar de Campoo, desarrollada íntegramente en inglés. Visitaremos el monasterio de Santa María la Real, ermita de Santa Cecilia y colegiata de San Miguel Arcángel. Día: 12 de agosto. Hora y punto de encuentro: 12:00, Centro expositivo ROM – Monasterio de Santa María la Real. Duración aproximada 3 horas. Precio: 6€

Todas las rutas de más de 3 horas de duración incluyen: transporte, entrada a los monumentos, pic-nic y guía turístico. Toda la información con respecto a horarios, precios o reservas de las diferentes actividades puede consultarse llamando por teléfono al 979 125000 ó 616 994651.
El Monasterio de Santa María la Real también acoge una serie de talleres didácticos, destinados a niños y niñas de entre 6 y 12 años, acompañados de sus familias. Estas actividades, de una duración aproximada de dos horas, acercarán a los participantes a diversos conocimientos sobre románico y cultura medieval mediante el desarrollo de talleres, dinámicas de grupo, gimkanas o actividades bilingües.
Óscar MEDEL

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