sábado, 29 de octubre de 2011

El escritor francés Raymon Roussel, inspirador de las vanguardias, en el Reina Sofía


El poeta, dramaturgo y novelista francés Raymon Roussel es el eje conductor de la exposición Locus Solus. Impresiones de Raymond Roussel, que propone el Museo Reina Sofía y que da cuenta de la enorme influencia que este autor ejerció en creadores contémporaneos de la literatura y de las artes visuales. Un interesante y llamativo recorrido por el arte del siglo XX, especialmente de las vanguardias, en el que se pueden admirar obras de artistas tan destacados como Marcel Duchamp, Max Ernst, Salvador Dalí, Roberto Matta, Joseph Cornell o Cristina Iglesias.

“Rossel fue una figura mítica de referencia para autores artísticos y literarios”, afirmó Manuel Borja-Villel, director del museo y uno de los comisarios de la muestra, durante la presentación. Según explicó Borja-Villel, la educación y los gustos del escritor habían sido conservadores, sin embargo, su obra influyó notablemente en el desarrollo de las vanguardias. “Una exposición era el método más adecuadro para entender la obra y la huella de Raymond Roussel”, añadió.
Unas trescientas piezas componen esta exposición, que ha sido orginazada entre el Reina Sofía y el Museu de Arte Contemporanea de Serralves. Pinturas, fotografías, esculturas, ready mades, instalaciones, vídeos, libros, documentos, revistas y manuscritos originales de Roussel y de diversos artistas se mezclan para hacer patente el fuerte peso que el autor francés tuvo en algunos movimientos de vanguardia. En su obra literaria, Roussel plasmó unos universos en los que abundan la fantasmagoría, los paisajes fantásticos y una fascinación por la ciencia y por los inventos. Aspectos que causaron admiración entre numerosos colecctivos, especialmente entre los surrealistas.
Entusiamo entre los surrealistas
El entusiasmo por el autor francés fue unánime entre los integrantes del movimiento surrealista. Su habilidad para crear mundos imposibles con la mayor verosimilitud resultaba atrayente para ellos. Desnos, Éluard o Breton, entre otros, le enviaron una carta de admiración. Sin embargo, Roussel nunca satisfizo sus peticiones de aparecer en las publicaciones del colectivo. A pesar de ello, les confió el manuscrito de su obra póstuma Como escribí algunos libros míos, en el que se explica en curioso procedimiento que utilizó para escribir varios textos, inventando dos frases fonéticamente iguales pero de sentido muy distinto que luego relacionaba mediante un relato.
En este contexto se podrán ver numerosas obras de Salvador Dalí (como Enigma sin fin o Lilith), varios collages de Max Ernst, piezas de Francis Picabia (como Carretilla o Totalizador), rayogramas y muñecos articulados de Man Ray o el lienzo Locus Solus de Roberto Matta. La exposición dedica un espacio a Marcel Duchamp, quien declaró públicamente y en numerosas ocasiones lo importante que era Roussel para su obra. Se pueden ver célebres obras del creador francés, como Molinillo de Café, Perchero, Tamices o El Gran Vidrio.
La muestra arranca con la pieza de Jacques Carelman Le Diamant, una escultura de gran formato inspirada en un episodio de Locus Solus, raramente expuesta antes. A continuación, una sala sitúa a Raymon Roussel en su contexto a través de fotografías y documentación. La exposición sigue con un espacio dedicado a los ídolos y personajes que calaron en el imaginario del autor, como Julio Verne, Victor Hugo o Camille Flammarion. Aquí podemos ver primeras ediciones y manuscritos originales de estos autores y algunos dibujos.En el ámbito dedicado al teatro, introducido por un bello cuadro de Henri Rousseau, El navío en la tormenta, también podemos ver manuscritos y obra gráfica, así como testimonios de sus numerosos viajes.
Máquinas de leer
Una de las invenciones más emblemáticas de Raymond Roussel fueron las Máquinas de leer, que inspiraron a artistas como Rodney Graham, cuyas obras Cámara Oscura Móvil y Máquina de leer para Lenz están expuestas. En este ámbito dedicado a la imagen y al lenguaje, también se encuentran piezas de Raymond Hains, proyecciones de Marcel Broothaers, dos esculturas de jean Tinguely y una vitrina con la primera edición firmada de La vuelta al día en 80 mundos, de Julio Cortázar. También se expone la instalación Impresiones de África II, de la artista española Cristina Iglesias, una serie de paneles calados con letras que conforman textos inspirados en la novela.
Las últimas salas están dedicadas a los artistas Francisco Tropa, que representó a Portugal en la pasada edición de la Bienal de Venecia, y al multifacético creador ítaloamericano Vito Acconci. Por fin, y como despedida apoteósica, en el corredor de salida de la muestra se exhibe el proyecto de tumba que el autor solicitó en 1931 a la funeraria parisina Lecreux para su sepultura en el célebre cementerio de la capital francesa de Pére-Lachaise.
Un original recorrido por la obra de este singular escritor, que no logró llegar al público más académico, pero que causó un importante impacto en las vanguardias, y que nos permite asomarnos a lo que el comisario de la exposición Joao Fernandes definió como “una historia secreta del arte del siglo XX”.
Irene G. Vara
Locus Solus. Impresiones de Raymond Roussel
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Del 25 de octubre al 27 de febrero
Espacio A1 del Edificio Sabatini
Comisariado por: Manuel Borja-Villel, Joao Fernandes y François Piron
De lunes a sábado, de 10.00 a 21.00 horas
Domingo, de 10.00 a 14.30 horas
Martes, cerrado

No hay comentarios:

Publicar un comentario