miércoles, 19 de diciembre de 2012

Capilla Sixtina

500 cumpleaños de la Capilla Sixtina

 
 
capilla sixtina
La Capilla Sixtina en la Ciudad del Vaticano

La decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina, situada en la Ciudad del Vaticano, en Roma, comenzó en 1508 pero no fue hasta el 31 de octubre de 1512 cuando se acabó de pintar lo que hoy en día es una de las obras de arte más universal. Hace medio milenio que el papa Julio II inauguró la obra llevada a cabo por Miguel Ángel Buonaroti con una misa y hoy será Benedicto XVI quien realice el mismo ritual para celebrar los 500 años de la Capilla Sixtina.
 
Miguel Ángel no podía imaginar que su costosa obra llena de amarguras y dificultades se convertiría en todo un referente de la iconografía cristiana. Julio II le encargó al decoración de la Capilla Sixtina a Miguel Ángel de manera casi obligada ya que no le dio opción a decidir. Fue por eso que el pintor huyó a Florencia, donde creía que estaría a salvo del actual papa, peor no fue así. El 10 de mayo de 1508 regresó a Roma para hacerse frente de la decoración de la Capilla más importante de la Ciudad del Vaticano. Miguel Ángel tardó cuatro años en acabar la obra de arte, pero no fue el único que decoró la Capilla Sixtina. El 15 de agosto de 1483, el papa Sixto IV ya había encargado embellecer la Capilla con las manos de Boticello, Perugino o Ghirlandaio.
 
 
Julio II, sobrino del papa Sixto IV, decidió que se modificara lo que los anteriores artistas habían creado en la Capilla Sixtina, con pinturas sobre los doce apóstoles, pero se quedaría tan solo en una idea. Miguel Ángel no estaba de acuerdo con la decoración que quería plasmar Julio II en la bóveda de la Capilla. El famoso y reputado escultor pero novato en el arte de la pintura quería mostrar la historia del mundo y el cosmos del universo, es decir, la creación del hombre y la mujer, expulsión del paraíso, diluvio universal… Y así lo hizo. Plasmó una espléndida estructura arquitectónica pintada con la representación de nueve escenas del génesis y cada una de ellas estaba rodeada por cuatro jóvenes desnudos con doce profetas y sibilas. En total más de 300 imágenes.

Durante cuatro años estuvo pintando la Capilla Sixtina por orden del papa Julio II y a la vez, sufriendo calamidades, entre ellas el impago por su trabajo, doler de espalda por estar tantas horas tumbado a medio metro de la bóveda y escozor en los ojos por la pintura que le caía por su excelente trabajo. Pero sin duda uno de sus peores momentos fue cuando tuvo que pintar el dedo de Dios que se dirigía a Adán, sufrió de bocio, contrajo paperas y permaneció durante muchos días en uno de los andamios.
En la actualidad, la Capilla Sixtina presenta un estado de empeoramiento y según las palabras del director de los Museos vaticanos en una entrevista a La Repubblica, “si no se actúa inmediatamente y se instala un nuevo climatizador, será obligado reducir las visitas para poder preservar ese ingente patrimonio artístico” y prosigue argumentando los motivos del empeoramiento de la Capilla, “Si continúa la presencia masiva de visitantes podría provocar daños a causa del polvo, de la presión antrópica, del anhídrido carbónico, de la temperatura excesiva, de los cambios climáticos… Todos ellos son elementos nocivos que cada visitante provoca y que amenazan el microclima de la Capilla Sixtina”.
El 31 de octubre de 1512 consiguió acabar la Capilla Sixtina, y un día más tarde, el día de Todos los Santos, el papa Julio II pudo celebrar una misa en su interior, con la fascinación de todos los allí presentes por la obra de arte que estaban observando. De eso hace 500 años pero sigue fascinando, asombrando y deleitando, a pesar de su mal estado, a los 30.000 turistas diarios, y cinco millones al año, que se acercan al interior de la Ciudad del Vaticano para visitarla. Hoy el papa Benedicto XVI celebrará una misa para celebrar los 500 años de la Capilla Sixtina, una de las obras de arte más importantes y universales del mundo.

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