John Banville: "El trabajo del artista es conseguir que el mundo se sonroje"
El escritor irlandés publica 'Antigua luz', una novela sobre las trampas de la memoria
http://www.lavanguardia.com/libros/20121024/54353850799/banville.html
El escritor irlandés John Banville
Ángel Díaz/EFE
Madrid. (EFE/Carmen Sigüenza).- El irlandés John Banville
es un eterno candidato al Nobel, aunque ya posee los galardones más
importantes, pero sobre todo está considerado como uno de los mejores
autores en lengua inglesa. Ahora publica Antigua luz, una novela sobre las trampas de la memoria, con la que quiere que "el mundo se sonroje".
Y es que John Banville (Wexford, Irlanda, 1945), que se convierte en
Benjamin Black cuando escribe novela negra, otra de sus pasiones y de
gran éxito, explica hoy a Efe, que el trabajo del artista consiste en
"concentrarse mucho en el objeto con el que se trabaja, hasta que
brille, tenga luz y haga, a quien lo aprecie, mucho más vulnerable y se
sonroje".
Eso es lo que le pasa precisamente al protagonista de Antigua luz,
la nueva novela que Banville publica en España y Latinoamérica con
Alfaguara, un actor de teatro retirado, que a raíz de un suceso,
rememora el tórrido y sexual romance de verano que mantuvo con la madre
de su mejor amigo.
Una novela sobre lo peligrosa y traicionera que resulta la memoria,
escrita por este autor, literariamente bipolar, en una narración
bellísima y muy erótica, hasta el punto que parece que el autor hace el
amor con las palabras, por la intimidad que mantiene con ellas. "Crear
ficción es en cierto modo erotismo", dice.
Y añade: "amo el lenguaje y trabajo frase a frase, cuidándolas hasta
el extremo, el resto se cuida solo; quiero decir que los personajes, la
trama, los diálogos van por su propia cuenta. Surgen solos", argumenta
el autor de El Mar, premios Booker e Irish Book Award.
Un crítico del Sunday Express advierte en la contraportada
del libro que Banville "demuestra su talento para escribir sobre la
verdadera textura del erotismo... Merece vender diez veces más que Cincuenta sombras de Grey (la comercial trilogía erótica de éxito millonario).
Idea que a Banville le hace gracia, aunque dice sonriendo que él no
va a vender más. "Pero -advierte- cuando la gente me pregunta sobre
estos fenómenos y que están tan mal escritos, yo les digo que eso debe
dar igual, que el caso es que se lea".
"El hecho de poner marcas negras en papel blanco hace que ejercites
la imaginación. No hace falta que sean libros buenos, aunque sean
mediocre ejercitas tu imaginación. Así es que en este terreno soy
optimista porque, además con los móviles y las tabletas la gente lee",
precisa este escritor, compatriota de Joyce y Beckett y heredero
literario de Nabokov.
Otro de los aspectos de su nueva novela se refiere a la importancia
del mundo de los sueños. "Cuando era joven -aclara- creía que escribir
era un proceso irracional que no podía controlar, pero a medida que voy
creciendo, me doy cuenta de que escribir es como soñar. No sé qué es lo
que estoy haciendo y digamos, que en ese sentido, es como soñar".
Antigua Luz también discurre por una especie de vigilia o
duermevela, una suerte de realidades, recuerdos y sueños, que se van
entrecruzando por una narración en la que los hombres son más débiles y
vulnerables que las mujeres.
"Los hombres tienen miedo a las mujeres porque ellas tienen el
secreto de la reproducción. Las mujeres tienen poder sobre los hombres
porque ellos necesitan la iluminación, el conocimiento, pero son
criaturas torpes, que solo pueden pensar en el sexo", subraya el
escritor.
John Banville hoy está en Madrid como tal, no como el pseudónimo de
Benjamin Black, a quien el autor considera "un artesano, mientras que
cuando firma con su propio nombre se siente "un artista".
Autor de títulos de novela negra como El lémur o la trilogía protagonizada por Quirke, El secreto de Christine, El otro nombre de Laura y En busca de April,
Banville cree que hoy a la gente le fascina la violencia, que es lo que
ve en la pantalla todos los días, "aunque en realidad en la propia vida
diaria de cada uno haya muy poca violencia".
"Hoy se ha dramatizado tanto la violencia y se ha sexualizado tanto,
que creo que es el gran erotismo de nuestro tiempo. La gente siente que
le falta algo y por eso recurre a la violencia de la novela negra, hoy
tan exageradamente violenta; pero a mi, no me gusta nada eso. A mi me
gusta la novela negra a la antigua, libros realistas, y no crucigramas
negros", concluye el autor.
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