'Hay un Gürtel de la literatura'
- El crítico literario más furioso de internet reúne sus textos en un libro
Señoras y señores, el crítico es la estrella de la era internet. "Puede creerse que la máscara desde la que se escribe el blog permite insultar alegremente y poner a parir a todo el mundo. Si fuera así de sencillo habría muchos más blogs de este tipo que hubieran alcanzado cierta popularidad [...]. La dificultad real es que hay que aplicar una inteligencia al mandoble; en peligroso equilibrio entre la simple falta de respeto y el mensaje real, que no es otro que hacer pensar a los lectores en la inconsistencia del discurso políticamente correcto dominante. El gran mérito, si alguno tengo, es que alguien lea una burrada mía sobre las mujeres y entienda que A)el que la afirma no es misógino; y por tanto B)los que afirman justamente lo contrario a lo mejor sí lo son. Lo mismo sucede con las apelaciones a las drogas, los catalanes y las distintas razas: se bromea sobre todo, a veces hirientemente, pero con el humor suficiente como para que se intuya una crítica más profunda. Al menos eso espero de mis lectores".
Al habla, Juan Mal-herido, autor del blog literario 'Lector Mal-herido', un pequeño 'fenómeno de masitas' hecho con críticas bastante burras, más bien irreproducibles en un medio formal como EL MUNDO.es. "La satisfacción que me da [el Lector Mal-herido] consiste en que, cuando me releo, me gusto mucho".
Todo muy punk. El runrún del 'Lector Mal-herido' ha crecido tanto que la editorial Melusina ha recopilado 60 textos suyos en un librito llamado 'Vida y opiniones de Juan Mal-herido', prologado por Alberto Olmos y saludado en su faja por una frase tomada del diario 'ABC': "Jocoso, arbitrario, ingenioso y estimulante". Dentro, Javier Marías, Hernán Migoya, Stefan Zweig, Fernando Sánchez-Dragó, Agota Kristof, Paul Auster y compañía comparten sopapos brutales y ásperos elogios.
En resumen, "el blog va de chicas desnudas, autores literarios apaleados y comentarios sexuales y políticos muy subiditos de tono"
Señor Mal-herido, cuando le presentan a alguien y dicen eso de "¿sabes?, Juan tiene un blog" y el presentado pone cara de '¿Ah, 'sí'?'... ¿usted que dice entonces? "No suelo encontrarme en esa situación. Vivo mi blog en silencio, voy de incógnito. Si no, tendría que decirle que ese blog que le comentan que tengo va de chicas desnudas, autores literarios apaleados y comentarios sexuales y políticos muy subiditos de tono, y de tonto. Si fuera mínimamente inteligente, le rebelaría que el blog trata de impugnar la aburrida, tendenciosa, inútil y baratísima dictadura de lo políticamente correcto, que ha conseguido, mediante la congelación de la libertad de expresión, que nada cambie ni pueda cambiar".
Siga, por favor: "Dejo fluir prejuicios y tópicos y manías y fobias gratuitas con total naturalidad. De eso va este blog. Por eso tiene seguidores. Se trata de crear un espacio intelecual cercano al del campo de fútbol el día del partido: es decir, no es para nada intelectual, es tribal y salvaje y no hay leyes y puedes decir lo que te dé la gana. Lo único que no me permito es hablar de la vida privada de los autores, o de su físico. Me resulta mezquino".
Tanta furia nos conduce 'la' pregunta, en singular: ¿qué va mal en la literatura? "La literatura va mal por algo obvio: no se lee. Los autores no pueden vivir de escribir. Los únicos libros que se venden, salvo milagros puntuales, son libros concebidos como productos, y al igual que cualquier producto la gente los compra no por su calidad, sino por el componente de distinción que les aporta. Casi nadie sabe nada de literatura. Pero sí sabemos todos mucho de márketing. Los autores dedican ahora más esfuerzos a vender su libro que a escribirlo. Irritan libros políticamente correctos que sólo buscan aprovechar ese filón social decretado por mentes muy poco avispadas y que hace que cualquier novelucha progre gane el premio Nacional. También es muy triste que la crítica no se adelante a señalar esta decadencia literaria, sino que aplauda o silencie este tipo de manejos editoriales. También irrita la cantidad de dinero que los ayuntamientos de toda España dedican a premiar libros en certámenes no del todo limpios. Ni se hace un bien a la literatura (porque esos libros suelen ser novelas innecesarias), ni se hace un bien a los escritores (porque siempre ganan los grandes premios los mismos) ni se hace un bien al municipio que pone el dinero: porque entiendo que los ayuntamientos podían dedicar su pasta a cosas mucho más útiles. Pero el mundo es así y nada podemos hacer para cambiarlo. Salvo decirlo y defender nuestra libertad para decirlo y nuestra libertad para señalar con el dedo a señores que critican el Gürtel de turno mientras protagonizan el Gürtel de la literatura". "
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