Poesía a ocho manos
Saltarina y cantando
Baten sus alas rojas sobre el mar
Espolvorean pintura, blanca y roja
Al azar
Y manchan a las sirenas que
Se bañan sin llorar
De lo profundo, destellos silenciosos
Picotean la espuma azul y gris
Y del fondo de lo oscuro, sobresale,
De nuevo, fugaz
Aquella estrella marina
Que olvidaste en el zaguán.
El pájaro difuminado se balancea,
Lento, suave primero, con fuerza después
Y me abraza con sus perfumes coloridos
Mientras dejo mis sueños bebiendo
De un recuerdo impreciso.
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