sábado, 11 de diciembre de 2010

Falstaff de Verdi en el Liceu (hasta el 29-12)

Fuente: http://www.lavanguardia.es/cultura/20101210/54085342745/el-liceu-estreno-la-comedia-falstaff.html

No se libró anoche de las ovaciones ni la dirección escénica. El Gran Teatre del Liceu vibró con esta comedia de la vida que es Falstaff, la última ópera de Giuseppe Verdi, con la que se reinventó, ya anciano, al calor de su colaborador y libretista Arrigo Boito. Una ópera bufa cuyos textos y personajes llegan heredados de Shakespeare, y cuya dificultosa partitura tiene la virtud de aparentar ligereza y simplicidad. Añádensele a esas gracias las dos décadas de experiencia como director de teatro que llevaba Peter Stein cuando emprendió ese montaje, el mejor que se conoce de este título y célebre por ser claro, limpio y directo. Un homenaje a una gran ópera impregnada de teatralidad. Qué más se puede pedir.
El público, que apenas desertó a pesar de los dos cumplidos entreactos, se entregó al final a un reparto coral que estuvo a la altura. Se saludó efusivamente a la soprano granadina Mariola Cantarero en el papel de Nannetta –la joven que encarna el amor puro y salva a Verdi del cinismo–, y también al celoso de la película, Ludovic Tézier, sobradamente convincente en el papel de Ford. Fiorenza Cedolins y Maite Beaumont, las bellas casadas con las que se cree Falstaff que ha ligado, se llevaron también sus vítores. Y el pobre Falstaff, claro está, que cae en el más absoluto ridículo, el italiano Ambrogio Maestri.
Esas eran las garantías, lo que evitaba esa cierta pereza que da enfrentarse a casi tres horas de una adaptación italiana sobre los enredos de Enrique IV y Las alegres comadres de Windsor, y cuyo principal leitmotiv es reírse de –y a ratos con– un viejo caballero al que el príncipe Hal deja tirado al convertirse en Enrique V de Inglaterra. Comida, bebida, lascivia, fanfarronería... y una gran risotada final, el particular testamento de Verdi en forma de compleja fuga bufa final: “Tutto nel mondo è burla”.
Después de Un giorno di regno (1840), el compositor italiano no había vuelto a poner música a una comedia hasta que, cincuenta años después abandona toda grandilocuencia y dramatismo hasta hallar la emoción en la perfección formal. El batuta Fabio Luisi tenía entre manos ayer un título en el que cada frase musical era un incentivo para la narración: y se llevó su aplauso.
Stein mantiene a este Falstaff en su entorno histórico de la época isabelina. De hecho, cayó comoagua de mayo esa sintética fidelidad al original en un Liceu siempre presto a aburrirse ante montajes antiguos y a dejar oír abucheos contra cualquier modernidad. El trabajo de Stein era la demostración de que ser clásico o moderno no tiene nada que ver a la hora de ser genial. “Se puede hacer un Falstaff hiperclásico, en la línea de su iconografía, y a la vez ser excepcional en la precisión y el perfeccionismo de la dirección de actores”, comentaba Joan Matabosch, director artístico de la casa. Galerías a dos niveles, esquemáticos espacios, cercanía, domesticidad: el formato de cámara fue esencial para conectar con un público ávido de pequeñas y excelentes historias. Esta, sobre cómo desarman la masculinidad. (10/12/2010)

Más informaciones en la web del Liceu: http://www.liceubarcelona.cat/detall-obra/obra/falstaff.html






1 comentario:

  1. maravillosa ópera, maravillosas interpretaciones, ha sido un placer poder ver esta ópera ... no tengo palabras

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