sábado, 2 de abril de 2011

Arte y escritura: diálogo Rothko-Sarduy



ROTHKO
No los colores, ni la forma pura.
Memoria de la tinta. Sedimento
que decanta la luz de su pigmento,
más allá de la tela y su armadura.

Las líneas no, ni sombra ni textura,
ni la breve ilusión del movimiento;
nada más que el silencio: el sentimiento
de estar en su presencia. La Pintura

en franjas paralelas cuya bruma
cruza la tela intacta, aunque teñida
de cinabrio, de vino que se esfuma;

púrpura, bermellón, anaranjada…
El rojo de la sangre derramada
selló su exploración. También su vida. 


YA lo ves: de aquella brasa
cuyo ardor te calcinó,
saciado, sólo quedó
dispersa ceniza escasa.
Muda inconstancia que abraza
el aparente sentido
del cuerpo obscuro y prohibido
–o del tuyo en el espejo
de la otra piel–. No me quejo
de arder. Ni de haber ardido.

    SEVERO SARDUY (De ‘Un testigo fugaz y disfrazado’. Edicions del Mall, 1985)

Fuente:
http://islakokotero.blogsome.com/category/rothko/

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