¿De dónde viene su interés por la autobiografía, por el diario literario?Lo ignoro, supongo que de las lecturas de autobiografías y de diarios. En esto de la literatura hay un mimetismo. Uno ve que alguien se atreve a hacer una cosa y eso le anima a uno a atreverse a hacerla él, aunque imprimiéndole su carácter o sello personal.¿Qué autores considera imprescindibles dentro de esta modalidad?Me gusta mucho –la encuentro deslumbrante- la mezcla de relato con ensayo que se inventó Sergio Pitol en los cuentos de Nocturno de Bujara. También esa especie de enciclopedia del viaje europeo de Danubio, de Magris. Y ahora seguiría con muchos más nombres, pero ya he dado los dos más imprescindibles.
La muerte (Suicidios ejemplares), el silencio (Bartleby y compañía), ¿Por qué se deja de hablar, de vivir?, ¿hay en esos temas una crítica a nuestra sociedad actual?
No lo veo como una crítica. Son investigaciones sobre lo negativo. Un crítico francés dio con un aforismo de Kafka (aforismo escrito en Zürau) que resume a la perfección mi intención al moverme muy a menudo en temas próximos a la negatividad: “Lo positivo nos ha sido dado al nacer. A nosotros nos toca hacer lo negativo”. También se puede traducir así: “Hacer lo negativo aún nos será impuesto, lo positivo ya nos ha sido dado
La muerte (Suicidios ejemplares), el silencio (Bartleby y compañía), ¿Por qué se deja de hablar, de vivir?, ¿hay en esos temas una crítica a nuestra sociedad actual?
No lo veo como una crítica. Son investigaciones sobre lo negativo. Un crítico francés dio con un aforismo de Kafka (aforismo escrito en Zürau) que resume a la perfección mi intención al moverme muy a menudo en temas próximos a la negatividad: “Lo positivo nos ha sido dado al nacer. A nosotros nos toca hacer lo negativo”. También se puede traducir así: “Hacer lo negativo aún nos será impuesto, lo positivo ya nos ha sido dado
Lo encontramos ya en Stevenson, en Dr. Jekyll, que estoy releyendo ahora: “Otros vendrán después, otros que me sobrepasarán en conocimientos, y me atrevo a predecir que al fin el hombre será tenido y reconocido como una reunión de personalidades diversas, discrepantes e independientes” He aquí un fragmento que prueba que Stevenson previó con antelación el síndrome moderno que ha convertido a tantos individuos –paradójicamente a los más singulares- en puntos de encuentro de diversas personalidades. El síndrome Pessoa. El disparo de salida lo dio el poeta portugués al fraccionarse él mismo en una serie de personajes discrepantes e independientes: toda una estrategia para poder adaptarse a la imposibilidad de afirmarse como un sujeto unitario, compacto y perfectamente perfilado. Pero bueno, esta desmembración, esta duda del yo la puede encontrar ya en Montaigne cuando habla de las diferentes personas que somos a lo largo de un día.
¿En su obra el otro es una invención o la manifestación de que la realidad es siempre, de manera, intrínseca, otra?Creo que sí. Y creo que no. Depende de qué realidad me hable.
¿Y sobre cuál realidad escribe usted?, ¿en cuál descubrió al otro? Vilém Vok no pudo mostrarse más agudo cuando dijo que todo escritor cree que es realista y que la prueba está en que nadie se llama a sí mismo abstracto, ilusorio, quimérico, fantástico, joyceano. Ahora bien, continuaba diciendo Vilém Vok, si todos los escritores están congregados bajo la misma bandera, no es porque estén de acuerdo en lo que es el realismo; es porque quieren usar una idea diferente de realismo para separarse de cada uno de los demás. Yo he utilizado una idea diferente de realismo, que viene dada por el punto de vista de mis narradores, un punto de vista intransferible a cualquier otro escritor. Leerme me parece que equivale a encontrar una realidad distinta. Y a mis textos me remito. Para bien o para mal, nadie escribe como yo.
En su mezcla de géneros, en el experimentalismo y en esa hibridación que fractura, ¿considera que hay en su obra una continuidad del espíritu de las vanguardias? Me consideraba vanguardista en mis primeros libros porque luchaba contra la atonía de la narrativa española de la época. En la actualidad, no quiero encuadrarme en ninguna tendencia. Eso me deja más libre. Además, tengo en cuenta aquello que decía Frank Kermode: Cuanto más de vanguardia es un escritor, menos puede permitirse caer bajo este calificativo. Técnica, estilo, ¿Cuál es su principal preocupación o dificultad al momento de escribir?Va variando cada día, esa es la verdad. Le hablaré del día de hoy. Mi preocupación hoy ha estribado en si mantenía en el libro que ando escribiendo una voz fría, una voz ensayística, que une todos los textos al estilo de Cuadernos de Malte de Rilke, o me decantaba por dar entrada a un diálogo entre dos personajes inesperados, puesto que hasta ahora no tenía más personajes la novela que el personaje del narrador. ¿Ensayo o relato con personajes humanos? ¿Ensayo todo el rato o ensayo con narración incorporada? ¿Novela casi ilegible o novela más convencional? ¿Joyce o Simenon? Está terminando la jornada y no he llegado a ninguna conclusión. Y la novela ha quedado paralizada. Sé que mañana, a primera hora, daré con la solución para continuar.
Cortázar aceptaba la catalogación de lo fantástico en su obra solo a falta de un mejor nombre, ¿le pasa lo mismo con la metaliteratura?, ¿Qué nombre hubiera preferido?Creo que practico un realismo diferente del realismo convencional.
Además de esta distancia del realismo ¿cuál sería otra característica de lo que se ha llamado la novila o, como usted ha mencionado, de ese acto de vilamatizarlo todo?No, no me distancio del realismo, en los últimos tiempos me propongo ser más realista que los realistas, acercarme a la realidad seca y bárbara, muda, del mundo. Acercarme a una verdad no edulcorada y que no pasa por someterse a las convenciones y tópicos del género realista.Dada su experiencia en el cine, y respecto de la filmación de su novela El viaje vertical ¿Cuál considera es la diferencia entre el lenguaje cinematográfico y el literario?Considero superior el lenguaje literario, puesto que incorpora con más amplitud la voz del pensamiento. En su juventud estuvo abocado al cine, y de hecho filmó algunos cortometrajes, ¿Qué circunstancias lo llevaron a decidirse finalmente por la literatura?; y por otra parte, ¿Qué películas o directores han influenciado en su obra? Tuve que dejar Barcelona para convertirme por un año en soldado colonialista español en el norte de África. Allí obviamente no podía hacer cine y por las tardes me dedicaba a recuperar mi vocación literaria escribiendo una novela vanguardista. Cuando volví a Barcelona, en Tusquets me ofrecieron publicar el libro y eso cambió mi destino. O sea que el azar, las circunstancias se juntaron para variar mi camino, que iba hacia el cine (habría acabado mal porque nadie me habría querido producir películas) y que desembocó en la escritura, que a fin de cuentas fue lo primero que me atrajo. ¿Para usted hoy en día el escritor cumple o tendría que cumplir alguna función social sin caer en la perogrullada del escritor comprometido o en el fracaso absoluto?En la vida cotidiana puede mantener una posición política activa e interesante, revolucionaria a ser posible. Pero no la mezclaría con el espacio literario. Nadie ha hecho la revolución escribiendo una novela comprometida.
¿Es la literatura una exploración en el abismo?
Más bien la vida es esa exploración. Tenemos una curiosidad extraordinaria por todo, ¿no le parece? Tras sus pruebas en el Zoo de Londres, Darwin demostró que todos los jóvenes monos son curiosos, aunque el impulso de su curiosidad tiende a menguar al convertirse en monos adultos. Pero, como comprobó Darwin en aquel Zoo, todos los jóvenes monos, ante una misteriosa caja que contenía una serpiente, anteponían la curiosidad al miedo y acababan acercándose a la caja a pesar del peligro que sabían que tenía la serpiente. En nosotros, esa curiosidad infantil se fortalece y se extiende a nuestros años maduros. Nunca dejamos de investigar, somos como detectives salvajes a este lado del paraíso. Exploramos porque tenemos ansias de saber más. El abismo, ante esto, se muestra impasible. La valentía nos ayuda a vivir.
Durante su visita a Perú ¿Cómo tomó la recepción del público? Fue emocionante ver el interés de tantos lectores. Uno sentía hasta miedo a decepcionarles. Había oído hablar tanto de Lima que la imaginaba de un modo distinto. Me fascinó la ciudad, algunos barrios, algunos momentos. Espero volver.
Respecto de Dublinesca, ¿cuál es el destino de la literatura para usted?
Lo ignoro, pero nunca ha estado peor desde el punto de vista editorial. Hay mucha gente metida en el negocio, que ni saben que leer es una operación intelectual. El mercado de la industria del libro es infernal, pero los lectores también colaboran en esto, permitiéndolo. Es desesperante, pero es lo que hay.
Por último, ¿Qué nos espera de Vila-Matas en este año?, ¿con qué nuevo proyecto va a decantar su narrativa?
Acabo de terminar un libro sobre el arte de lo difícil. Se titula Doctor Finnegans y monsieur Hire. Creo que si no son difíciles las tareas literarias que emprendo no vale la pena meterse en ellas. Como decía William Gaddis: “Bueno, como he intentado dejar claro, si el trabajo no me resultara difícil lo cierto es que me moriría de aburrimiento”. En Mondadori De Bolsillo aparecerá en febrero de 2011 una antología de mis mejores cuentos, con uno de gran longitud, que es inédito. Ese volumen se titula –como el cuento inédito- Chet Baker piensa en su arte. También publicaré en las mismas fechas En un lugar solitario, un volumen que recogerá los cinco primeros libros que publiqué, algunos hoy totalmente inencontrables.
¿Y sobre cuál realidad escribe usted?, ¿en cuál descubrió al otro? Vilém Vok no pudo mostrarse más agudo cuando dijo que todo escritor cree que es realista y que la prueba está en que nadie se llama a sí mismo abstracto, ilusorio, quimérico, fantástico, joyceano. Ahora bien, continuaba diciendo Vilém Vok, si todos los escritores están congregados bajo la misma bandera, no es porque estén de acuerdo en lo que es el realismo; es porque quieren usar una idea diferente de realismo para separarse de cada uno de los demás. Yo he utilizado una idea diferente de realismo, que viene dada por el punto de vista de mis narradores, un punto de vista intransferible a cualquier otro escritor. Leerme me parece que equivale a encontrar una realidad distinta. Y a mis textos me remito. Para bien o para mal, nadie escribe como yo.
En su mezcla de géneros, en el experimentalismo y en esa hibridación que fractura, ¿considera que hay en su obra una continuidad del espíritu de las vanguardias? Me consideraba vanguardista en mis primeros libros porque luchaba contra la atonía de la narrativa española de la época. En la actualidad, no quiero encuadrarme en ninguna tendencia. Eso me deja más libre. Además, tengo en cuenta aquello que decía Frank Kermode: Cuanto más de vanguardia es un escritor, menos puede permitirse caer bajo este calificativo. Técnica, estilo, ¿Cuál es su principal preocupación o dificultad al momento de escribir?Va variando cada día, esa es la verdad. Le hablaré del día de hoy. Mi preocupación hoy ha estribado en si mantenía en el libro que ando escribiendo una voz fría, una voz ensayística, que une todos los textos al estilo de Cuadernos de Malte de Rilke, o me decantaba por dar entrada a un diálogo entre dos personajes inesperados, puesto que hasta ahora no tenía más personajes la novela que el personaje del narrador. ¿Ensayo o relato con personajes humanos? ¿Ensayo todo el rato o ensayo con narración incorporada? ¿Novela casi ilegible o novela más convencional? ¿Joyce o Simenon? Está terminando la jornada y no he llegado a ninguna conclusión. Y la novela ha quedado paralizada. Sé que mañana, a primera hora, daré con la solución para continuar.
Cortázar aceptaba la catalogación de lo fantástico en su obra solo a falta de un mejor nombre, ¿le pasa lo mismo con la metaliteratura?, ¿Qué nombre hubiera preferido?Creo que practico un realismo diferente del realismo convencional.
Además de esta distancia del realismo ¿cuál sería otra característica de lo que se ha llamado la novila o, como usted ha mencionado, de ese acto de vilamatizarlo todo?No, no me distancio del realismo, en los últimos tiempos me propongo ser más realista que los realistas, acercarme a la realidad seca y bárbara, muda, del mundo. Acercarme a una verdad no edulcorada y que no pasa por someterse a las convenciones y tópicos del género realista.Dada su experiencia en el cine, y respecto de la filmación de su novela El viaje vertical ¿Cuál considera es la diferencia entre el lenguaje cinematográfico y el literario?Considero superior el lenguaje literario, puesto que incorpora con más amplitud la voz del pensamiento. En su juventud estuvo abocado al cine, y de hecho filmó algunos cortometrajes, ¿Qué circunstancias lo llevaron a decidirse finalmente por la literatura?; y por otra parte, ¿Qué películas o directores han influenciado en su obra? Tuve que dejar Barcelona para convertirme por un año en soldado colonialista español en el norte de África. Allí obviamente no podía hacer cine y por las tardes me dedicaba a recuperar mi vocación literaria escribiendo una novela vanguardista. Cuando volví a Barcelona, en Tusquets me ofrecieron publicar el libro y eso cambió mi destino. O sea que el azar, las circunstancias se juntaron para variar mi camino, que iba hacia el cine (habría acabado mal porque nadie me habría querido producir películas) y que desembocó en la escritura, que a fin de cuentas fue lo primero que me atrajo. ¿Para usted hoy en día el escritor cumple o tendría que cumplir alguna función social sin caer en la perogrullada del escritor comprometido o en el fracaso absoluto?En la vida cotidiana puede mantener una posición política activa e interesante, revolucionaria a ser posible. Pero no la mezclaría con el espacio literario. Nadie ha hecho la revolución escribiendo una novela comprometida.
¿Es la literatura una exploración en el abismo?
Más bien la vida es esa exploración. Tenemos una curiosidad extraordinaria por todo, ¿no le parece? Tras sus pruebas en el Zoo de Londres, Darwin demostró que todos los jóvenes monos son curiosos, aunque el impulso de su curiosidad tiende a menguar al convertirse en monos adultos. Pero, como comprobó Darwin en aquel Zoo, todos los jóvenes monos, ante una misteriosa caja que contenía una serpiente, anteponían la curiosidad al miedo y acababan acercándose a la caja a pesar del peligro que sabían que tenía la serpiente. En nosotros, esa curiosidad infantil se fortalece y se extiende a nuestros años maduros. Nunca dejamos de investigar, somos como detectives salvajes a este lado del paraíso. Exploramos porque tenemos ansias de saber más. El abismo, ante esto, se muestra impasible. La valentía nos ayuda a vivir.
Durante su visita a Perú ¿Cómo tomó la recepción del público? Fue emocionante ver el interés de tantos lectores. Uno sentía hasta miedo a decepcionarles. Había oído hablar tanto de Lima que la imaginaba de un modo distinto. Me fascinó la ciudad, algunos barrios, algunos momentos. Espero volver.
Respecto de Dublinesca, ¿cuál es el destino de la literatura para usted?
Lo ignoro, pero nunca ha estado peor desde el punto de vista editorial. Hay mucha gente metida en el negocio, que ni saben que leer es una operación intelectual. El mercado de la industria del libro es infernal, pero los lectores también colaboran en esto, permitiéndolo. Es desesperante, pero es lo que hay.
Por último, ¿Qué nos espera de Vila-Matas en este año?, ¿con qué nuevo proyecto va a decantar su narrativa?
Acabo de terminar un libro sobre el arte de lo difícil. Se titula Doctor Finnegans y monsieur Hire. Creo que si no son difíciles las tareas literarias que emprendo no vale la pena meterse en ellas. Como decía William Gaddis: “Bueno, como he intentado dejar claro, si el trabajo no me resultara difícil lo cierto es que me moriría de aburrimiento”. En Mondadori De Bolsillo aparecerá en febrero de 2011 una antología de mis mejores cuentos, con uno de gran longitud, que es inédito. Ese volumen se titula –como el cuento inédito- Chet Baker piensa en su arte. También publicaré en las mismas fechas En un lugar solitario, un volumen que recogerá los cinco primeros libros que publiqué, algunos hoy totalmente inencontrables.
”De Doctor Pasavento ha dicho que trata sobre “la dificultad de no ser nadie”. En dicha afirmación se evidencia una desconfianza de la seguridad yo, lo cual me recuerda a Nietzsche, al respecto ¿se podría decir que es Vila-Matas un escritor dionisíaco en el sentido de lo liminal, en la constante desmembración de la unidad del sujeto?
© Christian Elguera Olortegui, 2010
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