Intercambio alma, poco uso
Al abrir el periódico, se encontró con un anuncio un tanto extraño: Vendo mi Alma, poco uso, o intercambio con algo que me interese, seguido por un número de contacto. Dos preguntas surgieron de inmediato: ¿Qué haría yo con su alma? ¿Qué le podría dar a cambio? Mientras cavilaba tintineó el teléfono:
-¡Sí, dígame!
-¿Es usted la señora de la casa?
-No, no hay señora en la casa.
-Buenos días, Señor. Mi nombre es Ángela Santos y le llamo desde Ades Directo para ofrecerle de manera totalmente gratuita nuestro catálogo.
-¿Qué me quiere vender?
-No vendemos nada, Señor, sólo le mandamos nuestro catálogo.
-Pero supongo que manda su catálogo para vender algo.
-No, Señor, sólo queremos brindarle la oportunidad de consultar nuestro catálogo, de forma completamente gratuita. Un repartidor nuestro se lo llevará en persona a su casa.
-Pero, ¿me puede decir lo que vende?
-No vendemos nada, Señor, sólo le mandamos de forma absolutamente gratuita nuestro catálogo.
-A ver, ¿no me quiere decir lo que contiene su catálogo?
-Por supuesto, Señor, es un catálogo muy completo de los Congelados Ades, y le recuerdo, Señor, que se lo mandamos de…
-¡Entonces, sí que me quiere vender algo, me quiere vender congelados!
-Le repito, Señor, que no vendemos nada, sólo le brindamos la pos…
-¿Me toma usted por un necio?
-Le aseguro, Señor, que sólo…
-¡Así que me quiere mandar un catálogo, con fotos de congelados, supongo también que con los precios de sus productos y me sostiene que no me quiere vender nada!
-No, Señor, no vendemos nada, solo le mandamos, de forma ventajosamente gratuita, nuestro catálogo.
-Lo que decía, me toma usted por un imbécil, porque mire, libros en mi casa, tengo, y quiere que añada su dichoso catálogo a mi biblioteca, porque si no vende nada, será que opina que su catálogo puede formar parte de mi…
-Disculpe, Señor, quizá no me haya explicado bien del todo, pero es sencillamente la oportunidad que le brindamos, desde Congelados Ades, de…
-¡Y me sigue sosteniendo que no vende nada!
-Sólo le brind…
-¡Váyase al diablo!
Para seguir leyendo;
¡Que bien! tu voz empieza a escucharse por el mundo.
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