Del 28 de abril al 26 de mayo
En el entramado de un texto literario se pueden alternar distintos hilos conductores: la capacidad de observación, el manejo del tiempo, la reflexión, el humor, la imaginación... En la correspondencia de un escritor, también, aunque su sentido es diferente, ya que de entrada no se trata de textos dirigidos a lectores en general, sino a un lector en particular. Y, precisamente por ello, implican una cierta intimidad. Entrar en la correspondencia de un escritor significa relacionar las cartas con sus obras, pero también hace posible descubrir algo que, quizás por pudor, no aparece en éstas y que remite, precisamente, a la dimensión más reservada de la escritura.
A veces sin proponérselo, otras con conciencia de lo que está haciendo, el escritor anota en sus diarios o introduce en su correspondencia lo que no quiso incluir en sus obras. Acercarnos a los epistolarios de un autor nos ayuda a penetrar en el fondo de su pensamiento, en sus sueños o en su imaginario. Y, también, relacionar la vida del autor con sus creaciones; sus momentos de felicidad o infelicidad con los de sus personajes. Leer la correspondencia de un creador literario puede conducir a entender el porque de las pasiones, los ascos, las fobias, los arrebatos, las tristezas de los hombres y las mujeres a los que insufla vida.
Nadie mejor para penetrar en el epistolario de Petrarca que Jaume Vallcorda, que busca en su correspondencia los orígenes del ensayo moderno. Jordi Llovet utiliza la correspondencia para profundizar en el tema de Flaubert por excelencia: la estupidez humana. Adan Kovancsics penetra en el misterio kafkiano de otro misterio: el del amor. Juan Villoro indaga en la escritura íntima de Onetti, Puig y Cortázar las fuentes de sus obras; y Marc Fumaroli se adentra en el arte epistolar del siglo XVIII como punto de partida de las cartas que Lord Chesterfield dirige a su hijo sobre educación.
Bienvenido, pues, a este recorrido por la intimidad epistolar de autores del pasado a cargo de creadores del presente, cuya intimidad epistolar posiblemente será visitada por otros escritores en el futuro.
Coordinación del ciclo: Selma Ancira, filóloga y traductora literaria.
Nadie mejor para penetrar en el epistolario de Petrarca que Jaume Vallcorda, que busca en su correspondencia los orígenes del ensayo moderno. Jordi Llovet utiliza la correspondencia para profundizar en el tema de Flaubert por excelencia: la estupidez humana. Adan Kovancsics penetra en el misterio kafkiano de otro misterio: el del amor. Juan Villoro indaga en la escritura íntima de Onetti, Puig y Cortázar las fuentes de sus obras; y Marc Fumaroli se adentra en el arte epistolar del siglo XVIII como punto de partida de las cartas que Lord Chesterfield dirige a su hijo sobre educación.
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