Mujer serena, arropada
por el candor de su labor.
Recio traje tapa su cuerpo
que ellas, las otras,
muestran sin pudor.
Claroscuro en la estancia,
ajena a la escena
que se muestra ante sí:
trazos de muñecas
que se llevó la infancia.
Pulgar, Índice, Corazón…
tan sólo dos le bastan
para agarrar su pezón.
Anular…y el pequeño;
no quiere, no quiere
en ninguno de ellos, su sello.
Y que su diestra descanse
orgullosa, serena,
sobre el tacto de tul.
que refleje en los senos
su brillo y su luz.
Terciopelo rojizo,
cortinas de satén,
que enmarquen sus miradas
y que se digan: “ven”.
Gabrielle d'estrée y su hermana.
Finales del siglo XVI. Escuela de Fontanaibleau
Anónimo
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