lunes, 14 de febrero de 2011

Crónicas intempestivas, por Valentino Wajciechosczaf. 2011-02-14.


            ¡Ya está otra vez, ha llegado el 14 de febrero! Nada o poco podemos hacer, el 14 de febrero está por todas partes, nos inunda, nos invade, nos ametralla y escasos remedios nos quedan para no caer rendidos a sus pies. Por mi parte, un poco más de lo mismo, cada 14 de febrero recuerdo, emocionado, otro 14 de febrero, en Estrasburgo, cuando Luís el Calvo y Carlos el Germánico sellaron un acuerdo contra su hermano, el temible Lotario, para impedirle entrar en los pantalones de su abuelo, Carlomagno, y, de paso, coronarse como único heredero del imperio. Luís hablaba en romana lingua y Carlos en teudisca lingua. El texto fue redactado en los dos idiomas: Pro deo amur et pro christian poblo et nostro commun salvament, d'ist di in avant, in quant deus savir et podir me dunat, si salvarai eo cist meon fradre Karlo / In Godes minna ind in thes christianes folches ind unser bedhero gealtnissi, fon thesemo dage frammordes, so fram so mir Got geuuizci indi mahd furgibit, so haldih tesan minan bruodher. Pues, a mí esto me emociona, y bastante más que las promesas de amor ad vitam aeternam debidamente selladas mediante un diamante que, como bien lo decía James Bond, es para la eternidad, es decir suele durar más de lo que se supone que representa, he nombrado El Amor. Amor… San Valentín… Me pierdo en medio de tantos santos con el mismo nombre: uno en Roma, otro en Terni y el tercero en África, pero sigo sin captar muy bien la relación entre los mártires y el amor, y menos aún con los diamantes. ¿Qué el amor es un sufrimiento? Bueno, pensándolo bien… ¿Qué el amor es…? ¡También! La verdad es que no sé qué hacer, si ir a comprar unas cuantas rosas para el partido de los floristas o llorar con mi vecino Pablo la muerte de su gato Joseph Alois, no, no sé qué hacer. Sin embargo, ahora que lo pienso, creo que voy a poner una pizza en el horno y mientras tanto, asomarme por la ventana y meditar las palabras del poeta Geoffrey Chaucer:
            Porque esto fue el día de san Valentín,
cuando cada ave vino aquí a elegir su pareja.
Por suerte, queda poco para que este día tenga la delicadeza de dejarnos en paz durante un año, y como dice mi compadre Nene “Siempre nos quedará Abu al-Ualíd Muhammad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Ahmad ibn Ahmad Ibd Ruxd".

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