Heroínas de comunas y letras
 Las mujeres de la Comuna de París, tienen un papel histórico incontestable.  Si es considerado como uno de los primeros movimientos femeninos, quizá  feministas, la cuestión es saber si eso era una cosa consciente. Obviamente, un  movimiento de masa no puede ser totalmente consciente, pero cuando las mujeres  de París se unieron por la “causa del pueblo” y para la lucha político-social  comenzaron dos combates, dos luchas que se entreveraban. “Juntas para la  libertad” dijo la más conocida de las comuneras, la escritora Louise Michel. Las  partidarias dieron un paso hacia la emancipación femenina en el hecho mismo de  luchar no particularmente por eso, sino contra las opresiones del poder y por  los derechos del pueblo. En la afirmación de su conciencia política, se  convirtieron en heroínas y madres de una etapa del feminismo.
Las mujeres están muy presentes en los combates físicos e ideológicos de la  Comuna de París. Están en los clubes y comités, en las redacciones de los  periódicos, en los hospitales y ambulancias, en las calles y las barricadas. De  hecho, el corresponsal del Times en París, escribe: “Si la nación  francesa se compusiese solo de mujeres, ¡qué terrible nación seria!”.
Bajo el  impulso de Elisabeth Dmitrieff y Nathalie Le Mel nace la Unión de las Mujeres  por la Defensa de París  
Bajo el impulso de Elisabeth Dmitrieff, joven aristócrata rusa, y Nathalie Le  Mel, obrera encuadernadora, nace uno de los primeros movimientos femeninos de  masa: la Unión de las Mujeres por la Defensa de París y Auxilios a los Heridos.  La Unión reclama el derecho al trabajo y la igualdad de salarios, participa en  el inventario de los talleres abandonados por los patrones, refugiados en  Versalles y organiza talleres auto-gestionados. El combate de la Comuna se  mezcla a la lucha feminista. El 18 de marzo de 1871, una mayoría de mujeres  influye para que los soldados pongan de la vuelta a sus fusiles y se unan a su  causa. Es un acto simbólico y representa del papel femenino durante ese periodo.  La determinación de las partidarias de la Comuna es también el sujeto de  variadas críticas. Más que los hombres, ellas son objeto de leyendas y calumnias  porque no sólo se enfrentan el poder del gobierno, sino que luchan también para  afirmarse. Las más cultas son tachadas de “hembras literarias”, “profesoras  desplazadas” o de “callos furibundos”. Esos epítetos son citados desde un  artículo de prensa de Francis Magnard Le Figaro. Estas “hembras  literarias” lucharon en las barricadas pero también a través de ensayos y  artículos. La ciudadana Dauthier, por ejemplo, señala olvidos, abusos e invita a  la luchadesde el periódico Le Père Duchêne. Su estilo es directo y  coloquial. Otras, que son mujeres de letras como Reindenhdreth, de origen  austriaco, trabaja con el periódico Le Populaire. André Léo es también  una escritora notable que participa en la redacción de La Sociale. Sus  artículos llaman a todas las clases sociales a resistir a la presión de  Versalles y combate las tentativas de conciliación que paralizan la Comuna  durante más de un mes y se levanta contra el romanticismo de algunos  seudopartidarios.
“Aria, la romana”
Una mujer particularmente considerada como una heroína es Louise Michel, que  no sólo forma parte del 61°batallón de Montmartre, sino que también es socia del  Comité de Vigilancia de Montmartre. Además, Michel modera el Club de la  Revolución, es enfermera de ambulancia y combatiente varias veces en los  enfrentamientos de marzo 1871 y durante la “Semana Sangrienta”. Cuando su amigo  Théophile Ferré es ejecutado, le manda un poema de adiós: Les oeillets  rouges (“los claveles rojos”). En este poema, la escritora da importancia a  las oposiciones cromáticas: el cementerio es “negro” mientras la esperanza está  vinculada al rojo del clavel, un símbolo del movimiento obrero en Francia.  Además, cuando dice, “En los últimos tiempos del Imperio, /cuando el pueblo se  despertaba, /rojo clavel, fue tu sonrisa/ que nos contó que todo renacía”,  ilustra otra vez el rojo como la esperanza, el despertar del pueblo. Las sombras  son metáforas de la muerte y el aspecto “lívido” de la frente del vencedor, o  sea Versalles y el Gobierno, está vinculado a la muerte. En respuesta Victor  Hugo escribió su poema, Viro Major, para Louise Michel, demostrándole su  admiración. En este texto Victor Hugo describe a Louise Michel como “Judith la  oscura judía, Aria la romana”, es “terrible y sobrehumana”. Otra vez se  encuentra “la frente lívida” de los vencedores (“los jueces”) y la “pálida  muerte”. Louise Michel es descrita como una heroína de la lucha, con las  comparaciones con figuras femeninas históricas.
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